jueves, 9 de octubre de 2008

The never ending story


Casi nunca se equivoca. Da pasos firmes y se siente segura. Se siente capaz. Hasta que él aparece. Es su mayor miedo. Su delirio. Y su traición. Puede notar como sus piernas empiezan a temblar y como sus pasos son cada vez más cortos. Más inseguros. De camino al coche no termina de convencerse de que no debe preocuparse por nada. Al fin y al cabo, ¿qué importa? Todo será como siempre. La misma conversación de siempre. La misma discusión de siempre. La misma carcajada de siempre. Sonarán las canciones de siempre. Calor. Nos fumaremos el mismo el cigarro de siempre. Y acabaremos como siempre. Frío. Ella se va pensativa. Caminando. Esta vez más segura. Más capaz. Aunque por dentro sigue ese pesar. Ese qué se yo. No saber si ha hecho bien o mal. No poder estar triste. No poder estar feliz. Sintiéndose cada vez más pequeña. Como si nadie la viese. Como si nadie pudiese ver lo que estaba pasando en su interior. Ese conflicto consigo misma. Él. Esa dulce tortura. Sabía que debía pararlo. Esa noche hacía más frío que nunca. Esa noche se equivocó.


Foto: Castillo de San Antón (A Coruña) Cualquier día de cualquier mes de cualquier año 2005- ...

No hay comentarios: